sábado, 26 de julio de 2008

Con cabida para todo

Y así me encuentro hoy, la ametralladora vida continua disparando dentro de mi indefenso blanco, hiriendo a todo pensamiento que al respirar por cuenta propia se trata de escapar sigiloso. El miedo de que se me note la falsedad me tumba al piso de la condescendencia. Y así me paso el día llorando por las cosas que dije o mire, la ceguera evita estos imprevistos emocionales, es mejor caminar con la vista al suelo, no sonreír en el metro y menos imaginar vidas paralelas en Islandia. A pesar de toda la pena y auto compasión hay cabida para todo, así que la puerta la dejamos abierta, las hojas, la lluvia y algún invitado decente tiene el permiso para entrar a este mundo sórdido y confuso que se llama mi vida. Por ahora ahorramos en guardias. Wellcome...o mejor dicho Hellcome.

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